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1.8. Imprecisión, incertidumbre y subjetividad

Como decíamos en el Apartado 1.4, el conocimiento puede ser «inseguro» . De hecho, estamos acostumbrados a razonar sobre la base de evidencias imprecisas y premisas inciertas. Algo es incierto cuando no se conoce o no se puede determinar su verdad o falsedad, y es impreciso cuando se refiere a alguna variable cuyo valor no puede determinarse con exactitud. Por tanto, algo puede ser incierto y sin embargo preciso, como también puede ser impreciso pero no ser incierto.

Con un ejemplo se entenderá fácilmente. Consideremos una conceptuación en la que el universo del discurso son pacientes, síntomas y enfermedades, y se definen relaciones binarias: tiene(paciente,síntoma) y padece(paciente,enfermedad). Si tratamos de definir intensionalmente las enfermedades en función de los síntomas obtendremos cosas como:

«Si el paciente tiene mucha fiebre y tose bastante y tiene dolores musculares entonces es posible que padezca gripe, o que padezca bronquitis, o...»

Las conclusiones de esta «regla» son inciertas, no imprecisas: el que la enuncia no sabe exactamente si el paciente paciente gripe o bronquitis o... Supongamos que se ha construido un sistema experto con reglas de este tipo. Si el sistema le pregunta al usuario «¿cuál es la temperatura del paciente?» y este usuario no tiene un termómetro podrá hacer una estimación y responder con un valor aproximado: es una respuesta imprecisa, no incierta. En el primer caso se puede cuantificar el grado de creencia mediante un número en una escala arbitraria, por ejemplo, «+1» para seguridad absoluta de que «sí» , «-1» para seguridad absoluta de que «no» y «0» para incertidumbre total. En el segundo caso también se puede matizar la respuesta de manera similar: con un grado (razonablemente, mayor que 0) que refleja la confianza del usuario en su respuesta. Por tanto, aunque se trate de cosas diferentes, tanto la incertidumbre como la imprecisión se pueden tratar de modo similar, con un grado de creencia en el hecho en sí o en el valor de una variable.

No es lo mismo «grado de creencia» que «grado de verdad» . En el caso de la incertidumbre la proposición es verdadera o es falsa, sólo que no se sabe, y en el caso de la imprecisión la variable tiene un valor, pero no lo conocemos. En ambos casos, las proposiciones son verdaderas o falsas, no podemos hablar de «grado de verdad» ; el grado de creencia cuantifica nuestro desconocimiento (o el del agente). Sin embargo, si nos fijamos en la hipotética regla anterior, ¿qué significa «mucha» fiebre, o tose «bastante» ? Lo que para una persona es «bastante» para otra puede ser «mucho» No hay, objetivamente, un valor de verdad o falsedad para estas proposiciones. Se puede responder «sí» o «no» , o un valor intermedio, pero, al no existir la respuesta «correcta» , es algo más que un grado de creencia, es un grado de verdad subjetivo. Obsérvese que este grado de verdad no tiene que ver con incertidumbre ni imprecisión en el conocimiento (aunque, desde luego, pueden darse conjuntamente). Así, ante la pregunta «¿es viejo el paciente?» uno puede dudar en la respuesta aunque sepa que su edad es exactamente 50 años.

En el Apartado 2.3.3 veremos un lenguaje sencillo para representar estos aspectos del conocimiento, y en el Capítulo 6 estudiaremos algunos lenguajes formales que permiten hacerlo de manera más rigurosa.


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