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3.2.1. Ejemplos

Veamos algunas sentencias para formalizar una conceptuación (con lo cual entramos ya en el campo de la semántica, que trataremos en el siguiente Apartado). En el primer ejemplo del Apartado 2.4.1 podemos parafrasear la primera premisa, a fin de ponerla en la forma «si... entonces...» :
Premisa1:
Si un libro es sobre ordenadores entonces es terriblemente aburrido
Premisa2:
Éste es un libro sobre ordenadores
Conclusión:
Este libro es terriblemente aburrido

Una conceptuación adecuada para acoger este razonamiento debe considerar como universo del discurso el conjunto de libros, y las propiedades «ser sobre ordenadores» y «ser terriblemente aburrido» . Pero esta conceptuación no puede representarse en lógica de proposiciones. Busquemos otra conceptuación, en la que el universo del discurso está formado por las proposiciones «libro sobre ordenadores» y «tremendamente aburrido» , que representaremos con las variables proposicionales ord y tab. Las sentencias resultan ser:

Premisa1:
ord ==> tab
Premisa2:
ord
Conclusión:
tab

Y para el segundo de los ejemplos del Apartado 2.4.1:

Premisa1:
ord ==> tab
Premisa2:
¬tab
Conclusión:
¬ord

Las sentencias son formalmente correctas, y las inferencias deductivas también, aunque se ha perdido la esencia del razonamiento original, en el que de una afirmación general sobre objetos se deducen afirmaciones particulares. En el Apartado 4.2.1 veremos su formalización en lógica de predicados.


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