Si se formaliza en lógica se puede comprobar que A¬B1
B2 y A
¬B2
B1
son sentencias equivalentes a A
B1
B2, y no parecen expresar ninguna
ambigüedad. No hay, sin embargo, ninguna incoherencia: esta última regla contiene la
duda disyuntiva entre B1 y B2, pero expresa sin ninguna duda que tiene que ser uno de
los dos (o ambos).